Hacer feliz a un perro y ofrecerle los cuidados que necesita no es una tarea en absoluto complicada.

Todos entendemos que un perro no es un juguete o un objeto de exposición. Se trata de una vida, de un ser sensible físicamente y con sentimientos.

Esto supone una enorme responsabilidad sobre sus cuidadores, a la vez que nos ofrece la posibilidad de responder como se merecen a su lealtad incondicional.

Vamos a considerar 3 cosas muy sencillas que debemos hacer para que nuestro perro sea feliz.

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CUIDA SU SALUD

Y la manera más importante es controlando su dieta.

Muchas veces nos preguntamos si no seria mejor que los perros comieran comida casera, o si pueden vivir bien con lo que sobra de una casa, como se hacia antes.

La respuesta siempre es la misma, el pienso canino es un alimento completo, equilibrado, formulado por veterinarios nutrúlogos que determinan las necesidades de cada perro según su raza, edad y actividad física y desarrollan la dieta más equilibrada y completa.

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El pienso canino, siempre que compremos el tipo que mejor le conviene a nuestro animal, será el mejor alimento que le podemos dar a nuestra mascota.

Debemos respetar las medidas recomendadas por la misma marca o bien pedir ayuda a nuestro veterinario, él será el más indicado para explicarnos la cantidad de pienso que debe comer y en los casos que sea necesario si podemos complementarlo con algún suplemento dietético especial.

Debes ser fuerte y no caer en la tentación de darle de tu comida cuando te pida y te mire con esos ojos que sólo ellos saben poner. Un perro que se mantiene en su peso es un perro feliz. No le des sobras de la mesa, golosinas ni alimentos no permitidos. Limítate a darle comida para perros de gama alta y alguna galletita (especial para perros) de vez en cuando.

Otra forma importante de cuidar la salud de tu perro es cuidar su higiene.

Higiene no sólo significa llevar al perro limpio, sino cuidar su piel, sus pezuñas, su boca y por lo tanto su aliento, y que tenga el sitio apropiado para hacer sus necesidades sin mancharse y donde nosotros las podamos recoger y depositar en el lugar apropiado.

Dependiendo de tipo de perro, de la raza, de su actividad física deberemos lavarlo más o menos, y en determinadas razas deberemos tener especial atención a puntos concretos.

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Por ejemplo los Cocker tienen especial tendencia a hacer otitis recurrentes, incluso crónicas. Esto se debe a que debido a la posición de sus orejas y su tamaño, los oídos respiran muy poco y es un caldo de cultivo excelente para bacterias y hongos; se evita con un simple spray cada determinado tiempo y un correcto lavado de los oídos del perro de forma mucho más habitual de lo que es necesario en otras razas.

Si cepillas con regularidad a tu perro, no sólo lucirá un pelo brillante sino que, además, te ayudará a prevenir enfermedades en la piel.

También necesitan, por ejemplo, que le quites las legañas, le limpies las orejas o les cortes las uñas. ¡Limpios se encuentran más cómodos y están más sanos!

Por último no olvidemos la importancia de la actividad física de tu perro.

Algunos sacan a sus perros a pasear tres o cuatro veces al día, pero lo hacen para que hagan sus necesidades y, sobretodo en invierno, estos paseos se limitan casi exclusivamente a esta actividad.

No es que esté mal sacar al perro a orinar o a defecar, el problema es que demasiados perros SÓLO salen para eso.

El paseo debe ser una parte importante de la relación del propietario con su animal, el perro debe sentirse libre, satisfecho, contento con el paseo y debe servir para que éste haga actividad física.

Por lo tanto es importante que uno o dos de los paseos que se da el perro a lo largo del día sea bastante más largo y el perro, sobretodo si es joven, pueda correr libremente, saltar, jugar con otros perros…

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DALE COMPAÑÍA Y CARIÑO

Los perros no entienden la frase “hoy he tenido un día duro y quiero estar tranquilo”. Ellos quieren estar contigo, moverse, jugar, que les hables. Dedica tiempo a tu perro y él le recompensará con creces.

Juega con él.

A los perros les vuelve locos jugar con su dueño. Pelotas, palos, muñecos… Las cosas más sencillas le harán pasar horas y horas de feliz entretenimiento. Esto, además, les ayudará a liberar energía y estar más tranquilos.

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Llévale de excursión.

Tanto si le llevas al campo como a la playa, o simplemente a un gran parque, él lo agradecerá. Le gusta mucho descubrir y corretear por sitios nuevos.

Camina con él.

No hay nada que le guste más a tu perro que salir a pasear contigo. Durante los paseos vais a estrechar los lazos afectivos gracias a esta actividad. Además, caminar es un buen ejercicio para ambos y ayuda a prevenir muchas enfermedades.

Dale todos los mimos del mundo.

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No hay nada mejor en el mundo que mimar a tu perrito. Acaríciale y abrázale mientras le dices palabras bonitas. ¡¡¡Le encanta!!!

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EDÚCALE

La convivencia satisfactoria con el perro se basa en gran parte en educar de manera correcta al animal, de forma que acepte órdenes como acudir cuando se le llama o no traspasar los límites que se le imponen. Cuando surgen obstáculos en la convivencia, lo habitual es que se deban a planteamientos educativos erróneos y desconocimiento sobre las necesidades del animal.

Situaciones tan cotidianas como llamar al can para que acuda, conseguir que obedezca cuando se le dice «no» o que camine de manera correcta durante el paseo son los caballos de batalla de muchos dueños y los pilares básicos del manual de obediencia canina. Si un perro no acata estas órdenes básicas, habrá tensiones en casa derivadas de problemas de convivencia con el animal.

El comportamiento del can es el resultado de su herencia genética, de la educación que ha recibido y de las experiencias que vive, sobre todo, cuando es un cachorro. Para que el perro sea obediente, hay que sentar ciertas bases cuando es pequeño.

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A partir de los cuatro meses ya está en disposición de acatar órdenes, como acudir cuando se le llama. La paciencia y la coherencia son pautas fundamentales para educarle y nunca hay que confundir disciplina bien impartida con autoritarismo exacerbado.

El perro vive en una manada y le encanta tener un líder: TÚ. Si le enseñas unas normas de comportamiento en casa será un perro más tranquilo y equilibrado. ¡Será feliz cuando haga las cosas bien y le premies!

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Como ves, hacer feliz a tu perro no es nada complicado ni mucho menos agobiante. Disfruta con él, cuida de su salud y edúcalo correctamente y tendrás el perro más feliz del mundo.

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