Sin ningún lugar a dudas el bosque que comunmente se acepta como el más bonito es el formado por hayas (Fagus sylvatica).

Los hayedos son bosques de aspecto sombrío propios de los cuentos de hadas.

El haya es un árbol con la copa a mucha altura y muy tupida, la cual cosa hace que a sus pies no pueda crecer ninguna otra planta a causa de la escasez de luz.

Su madera es, así mismo, muy apreciada. Los troncos, que ocupan las dos terceras partes del árbol, son largos, rectos y lisos. Esto los hace muy útiles en carpintería.

El haya tiene hoja caduca, lo que hace que en otoño sus hojas adquieran diferentes tonalidades amarillas, naranjas, ocres y marrones antes de caer. Estos colores hacen que los hayedos estén espectaculares en esta época del año.

Se trata de un árbol de crecimiento muy lento que puede alcanzar los 40 metros altura. Gracias a ello es muy longevo: puede vivir fácilmente más de 300 años.

Su hábitat natural son las zonas montañosas con clima fresco y muy húmedo. Crece preferiblemente en las laderas sombrías orientadas hacia el norte.

En Europa hay magníficos hayedos, algunos de ellos tan famosos como la Selva Negra en Alemania, el Bosque de Soignes en Bélgica, la Selva de Irati en Navarra o la Fageda d´en Jordà en la Garrotxa (Girona).

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