El jardín es uno de los espacios más agradables de la casa, donde podemos disfrutar de la naturaleza, el aire libre y el relax.

Sin embargo, mantener un jardín bonito y saludable puede suponer un consumo elevado de agua y energía, lo que afecta tanto a nuestro bolsillo como al medio ambiente.

Por eso, en este artículo te vamos a dar algunos consejos prácticos para que puedas ahorrar agua y energía en tu jardín sin renunciar a su belleza y salud.

Elige plantas autóctonas y resistentes a la sequía

Una de las claves para ahorrar agua en el jardín es elegir plantas que se adapten al clima y al suelo de tu zona, que requieran poca agua y que resistan bien las altas temperaturas.

Así, evitarás tener que regarlas con frecuencia y podrás disfrutar de su colorido y aroma durante todo el año.

Algunas plantas autóctonas y resistentes a la sequía son el romero, la lavanda, el tomillo, la salvia, el cactus, la suculenta, el geranio o la verbena.

Utiliza sistemas de riego eficientes y programables

Otra forma de ahorrar agua en el jardín es utilizar sistemas de riego que aprovechen al máximo cada gota y que se puedan programar para regar solo cuando sea necesario.

Por ejemplo, el riego por goteo es un sistema que distribuye el agua directamente a las raíces de las plantas, evitando la evaporación y el desperdicio.

Además, se puede conectar a un programador que controle la frecuencia y la duración del riego según las condiciones climáticas y las necesidades de las plantas. De esta manera, podrás ahorrar hasta un 60% de agua en comparación con el riego tradicional.

Aprovecha el agua de lluvia y recicla el agua gris

Otra opción para ahorrar agua en el jardín es aprovechar el agua de lluvia y reciclar el agua gris que proviene de las duchas, los lavabos o las lavadoras.

Para ello, puedes instalar un sistema de recolección de agua de lluvia que consiste en un depósito o barril que se conecta al canalón del tejado y que almacena el agua para su posterior uso.

Asimismo, puedes instalar un sistema de reciclaje de agua gris que filtra y desinfecta el agua para poder reutilizarla en el riego o en la limpieza del jardín. De esta forma, podrás reducir tu consumo de agua potable y contribuir a la preservación de los recursos hídricos.

Instala iluminación LED y energía solar

Para ahorrar energía en el jardín, una buena idea es instalar iluminación LED y energía solar. La iluminación LED es una tecnología que consume hasta un 80% menos de electricidad que las bombillas convencionales y que tiene una vida útil mucho más larga. Además, ofrece una luz más natural y uniforme que crea un ambiente acogedor y agradable.

Por otro lado, la energía solar es una fuente renovable e inagotable que se puede aprovechar para alimentar diferentes dispositivos del jardín, como lámparas, faroles, fuentes o sensores de movimiento. Así, podrás iluminar y decorar tu jardín sin gastar ni un euro en electricidad.

El césped

El césped es uno de los elementos que más agua consume en el jardín, por lo que conviene limitar su superficie, elegir variedades resistentes a la sequía y cortarlo con una altura adecuada para evitar la evaporación.

Además, se recomienda utilizar mantillo orgánico o acolchado sobre la tierra, que consiste en una capa de materiales naturales como hojas secas, paja o corteza que protege el suelo del sol, conserva la humedad, evita las malas hierbas y mejora la fertilidad.

Por otro lado, el césped artificial no necesita riego ni mantenimiento. Su aspecto es siempre verde y natural, sin importar las condiciones climáticas.

Con el césped artificial podrás ahorrar hasta un 90% de agua al año, lo que se traduce en una menor factura y una mayor contribución a la preservación de este recurso vital.

Como ves, existen muchos trucos para ahorrar agua y energía en tu jardín sin renunciar a su belleza y salud. Solo tienes que seguir estos consejos y verás cómo tu jardín se convierte en un espacio más sostenible, ecológico y económico.