Ocho de cada diez perros experimentan miedo al ruido y a estas explosiones festivas, una situación que se repetirá en pocos días, en la verbena de San Juan.

El oído de los perros se diferencia del humano en su gran habilidad para oír sonidos de alta frecuencia. Esta es la razón por la que, para ellos, ciertos sonidos estridentes y con mucha potencia les provocan inquietud.

La fobia canina al ruido no es un problema menor: la ansiedad que les genera el impacto sonoro fuerte tiene consecuencias negativas para su salud. El corazón canino se acelera, el estrés se dispara y esto puede, incluso, recortar los años de vida del animal.

A continuación ofrecemos algunos consejos para proteger a su perro del ruido de petardos y fuegos.


Consultar con el veterinario

Curar una fobia al ruido en los perros puede precisar la ayuda de un veterinario que nos asesore. Este puede incluso aconsejarnos algún ansiolítico en los casos más graves, es decir, cuando el animal esté en riesgo de enfermar por el ruido.

La medicación del perro hay que ofrecérsela antes de que aparezcan los petardos. De esta manera, el estrés se reducirá de manera notable.


Un refugio canino

Antes de que comiencen los petardos y fuegos, podemos instalar al perro en el lugar más aislado de la casa y cerrar las ventanas, así como correr las cortinas. Allí se le puede colocar su juguete preferido, un plato con agua y su cama.

Cuando comienzan los petardos y fuegos, muchos perros reaccionan escondiéndose. Este refugio les proporcionará seguridad, por lo que no conviene obligarles a salir de él.


Los paseos: antes de los petardos

Durante la época de petardos y fuegos artificiales, conviene salir con el perro de paseo antes de que comience la sesión de ruidos. La correa durante las salidas es aún más importante de los habitual.

Nuestro perro estará más seguro dentro de casa cuando comiencen las celebraciones y así evitamos el peligro de que nuestro can se pierda mientras trata de huir del foco ruidoso.


No castigar al perro con miedo

No debemos castigar o reprender a un perro con miedo a los petardos y fuegos artificiales: el animal se encuentra en un estado de ansiedad y pánico.

Los expertos aconsejan proporcionarle refugio y mostrar normalidad. Podemos tranquilizarle de manera verbal, pero no cogerlo en brazos. Un exceso de caricias durante el episodio de estrés puede reforzar su inseguridad.