Después de un largo período estival, unido a las altas temperaturas de la temporada, el aspecto de nuestras plantas tanto de interior como de exterior puede ser desolador.
El otoño no es el mejor momento para llevar a cabo cierto trabajos de jardinería, pero si fuera necesario se puede podar o transplantar si miedo, especialmente si vemos que las plantas están en las últimas.
El riego
En el caso de que las plantas tuvieran síntomas de sequedad, se ha de regar empapando bien la tierra de agua y en caso contrario -que notemos exceso de humedad– la dejaremos secar y podemos aportar turba seca para que absorva la humedad sobrante.
En todo caso, y como costumbre, debemos evitar siempre el exceso de riego. Siempre será preferible pasarse de poco riego que de excesivo. Tengamos en cuenta, además, que el riguroso calor del verano ya no está presente, por lo que debemos espaciar la frecuencia de riego en general.
Limpieza y puesta a punto
Si las plantas de interior tienen varias hojas amarillas debes cortarlas de inmediato, en el caso de que las hojas amarillas pasaran del 50% también debes cortar dos terceras partes de sus raíces que seguramente estarán en mal estado.
Otra tarea importante es retirar el polvo de las hojas con la ayuda de un pulverizador y pasando un esponja húmeda. No olvidemos que las plantas respiran a través de los poros de sus hojas (estomas), por lo que deben estar libres de polvo.
En el exterior bastará con cortar todo lo seco, regar en abundancia durante unos días y cavar la superfície de la tierra eliminando las malas hierbas.
Las plantas secas se han de arrancar antes de que representen un peligro para el resto de plantas ya que pueden ser transmisoras de enfermedades o plagas. No obstante, antes hay que cerciorarse de que efectivamente están secas. Para ello se cortan todas las ramas comprobando que el color del corte es el marrón; si por lo contrario fuera verde, se ha de eliminar todo lo seco; en pocos días brotará de nuevo formando una planta muy vigorosa.
Si posees plantas colgantes y éstas presentan ramas y hojas secas, tendrás que eliminarlas todas antes de que llegue el invierno, y si la cantidad de ramas secas es importante, córtalas todas a ras del borde de la maceta.
También es el momento de aplicar el último recorte del año a los setos y retirar todos los restos florales, hojas y ramas secas, de plantas y arbustos.
En las zonas más frías, se debe realizar el último corte de césped. Este debe ser bien corto y también se ha de retirar toda la hierba de inmediato para no perjudicarlo y olvidarte del riego. En zonas de clima suave el corte no debe ser muy corto y se regará a menudo; como mínimo tres veces a la semana.
A principios del otoño se puede sembrar el césped o incluso más avanzado el otoño en climas cálidos como el Mediterráneo. También se pueden reparar las zonas dañadas, resembrando o plantando tepes.
En resumen podemos concluir diciendo que el otoño es el momento adecuado para una puesta a punto de tus plantas, muchas de las cuales pueden presentar un estado más o menos crítico tras los calurosos meses de verano.
Aportar más o menos riego según la necesidad de cada planta, tendiendo a espaciar la frecuencia, será vital para que las plantas vuelvan a tener un excelente aspecto.
Después de un trabajo de limpieza de hojas secas, en el caso de muchas de nuestras plantas puede que el aspecto otoñal sea triste, pero estamos preparando nuestras plantas para el invierno y para que vuelvan a lucir su mejor aspecto nuevamente en primavera.