La salud es un bien preciado que queremos siempre mantener en el mejor estado posible. Para ello los hábitos sanos de vida nos ayudan y, por supuesto, cuando enfermamos hacemos lo que debemos: acudir al médico.

No obstante, desde tiempos antiguos y por supuesto en la actualidad, hay muchas personas que recurren a modo preventivo y para paliar algunas dolencias leves, a remedios naturales que tenemos fácilmente disponibles en nuestro entorno. En el caso de lo que vamos a tratar en este artículo, en nuestro jardín.

Vamos a hablar de 4 plantas muy conocidas por sus propiedades aromáticas y culinarias, pero que además, poseen propiedades medicinales.

 

El Tomillo

El tomillo es una hierba mediterránea con usos dietéticos, medicinales y ornamentales. Las flores, las hojas y el aceite de tomillo se han utilizado para tratar una variedad de síntomas y dolencias desde hace miles de años.

El tomillo tiene una serie de poderosos efectos medicinales. El timol es uno de los principales  biocidas de origen natural conocidos. los biocidas son sustancias que pueden destruir organismos dañinos, como las bacterias infecciosas.

 

Utilizado junto con otros biocidas, como el carvacrol, el tomillo tiene fuertes propiedades antimicrobianas.

Limpia las vías respiratorias, por lo que sus infusiones alivian los resfriados y el dolor de garganta.

Combate problemas digestivos como gases o indigestión.

Elimina y expulsa las lombrices intestinales.

Es un desinfectante genial para tratar golpes y cortes.

La variedad más común es el  Thymus vulgaris.

 

El Romero

El romero es un arbusto muy aromático que posee tanto usos culinarios como aplicaciones medicinales. Puede crecer hasta los dos metros, resiste bien el frio y se mantiene verde todo el año.

Las hojas del arbusto de romero son compuestas y aparecen enfrentadas. Al paladar, el sabor de las hojas es un tanto picante. Las flores de la planta de romero son de color azul y casi siempre parten de las axilas de las hojas.

Cuando se recolecta con fines medicinales se aprovecha principalmente las flores de la planta. Por esto se realiza la recolección a finales de la primavera. Las plantas se secan a la sombra y se guardan en cajas de un material neutro como el cartón (nunca vidrio o plástico). Se puede conservar hasta por un año en buenas condiciones.

Las flores de Romero son usadas como un remedio natural para tratar problemas respiratorios tales como el asma, ya que no presenta efectos adversos sobre los pulmones. Incluso en investigaciones se ha descubierto que el Romero posee sustancias antiinflamatorias que actúan directamente sobre la inflamación pulmonar.

 

La Albahaca

Contiene un aceite esencial rico en estragol, cineol y eugenol, flavonoides y saponósidos. Se considera digestiva, aperitiva, carminativa y antiespasmódica.

Favorece la digestión disminuyendo los gases, la pesadez abdominal, la flatulencia y los calambres gastrointestinales. Alivia las náuseas y el mal sabor de boca.

Como diurético actúa frente a la retención de líquidos y la oliguria.

Suaviza la garganta en toses espasmódicas e irritativas.

Contribuye a calmar las jaquecas, sobre todo las de origen digestivo o hepático, y los dolores espasmódicos de la menstruación.

A nivel externo se ha empleado como antiséptica, analgésica y cicatrizante sobre dolores artríticos y musculares, contracturas, heridas leves, eccemas, forúnculos y granos.

 

La Menta

Seguramente las propiedades más conocidas de la menta son las aromáticas y gastronómicas. No obstante, esta planta tiene una gran cantidad de beneficios medicinales que han sido aprovechados desde hace siglos.

Entre los nutrientes y minerales que contiene se encuentran fibra, vitamina A, magnesio, hierro y folato.

Propiedad antibacterial. La menta ha mostrado distintos modos de acción en las bacterias y células eucariotas, exhibiendo distintas propiedades bactericidas. Esto puede ser debido a la presencia de componentes fenólicos que actúan como prooxidantes, lo que contrarresta la actividad de las bacterias. Además, uno de los efectos de las hojas de menta ha sido modular la actividad del sistema inmune, por lo que se le ha relacionado con efecto antiparasitario.

Efectos antiespasmódicos y analgésicos. La ingesta y también el uso cutáneo del aceite de menta tiene propiedades como relajante muscular. A su vez esto permite amortiguar sensaciones dolorosas, cuestión que se atribuye a la acción de mentol. Por lo mismo se reconocen propiedades analgésicas.

Aliviar síntomas de resfriado. Suele pensarse que la menta tiene una propiedad descongestionante. De hecho, varios de los tratamientos farmacéuticos que se adquieren sin receta contienen mentol, un extracto primario del aceite de la menta. No obstante, el mentol en sí mismo no tiene una acción descongestiva. El efecto de alivio es provocado por la sensación refrescante que provoca la menta cuando la inhalamos.

Efecto vigorizante. Recientemente se ha relacionado la inhalación de aceites esenciales de la menta con las funciones cerebrales, especialmente en retención de información a corto plazo. También se ha propuesto que mejora el estado de alerta y disminuye la fatiga, por lo que podría ser considerado un vigorizante. No obstante son necesarios más estudios para que estos resultados sean concluyentes.