Con la llegada del verano, no solo nosotros modificamos nuestros hábitos alimenticios, buscando comidas más frescas y ligeras. Nuestras mascotas también sienten el cambio de estación, y sus necesidades nutricionales pueden variar. ¿Pero realmente es necesario adaptar la dieta de perros y gatos durante los meses más calurosos del año?

Cambios naturales en su comportamiento

Es habitual que durante el verano tanto perros como gatos reduzcan su nivel de actividad física, especialmente en las horas de más calor. Esta disminución de movimiento puede ir acompañada de una menor ingesta de alimento.

No es motivo de alarma si tu mascota come algo menos durante el día, siempre que mantenga un buen estado general, esté hidratada y activa en las horas frescas.

Factores que pueden influir en la dieta veraniega

Temperaturas elevadas

El calor puede hacer que el alimento seco resulte menos apetecible. En estos casos, puedes optar por:

  • Humedecer ligeramente el pienso con agua fresca.

  • Combinar su alimentación habitual con comida húmeda (latas o sobres), que además ayuda a mantenerlos hidratados.

  • Servir la comida en las horas más frescas (mañana o noche).

Mayor riesgo de deshidratación

En verano es fundamental asegurarse de que tu mascota bebe suficiente agua. Algunos trucos útiles:

  • Cambiar el agua varias veces al día para mantenerla fresca.

  • Añadir un chorrito de caldo natural (sin sal ni cebolla) al agua para hacerla más atractiva.

  • Incluir alimentos con alto contenido en agua, como calabacín, pepino o sandía (en pequeñas cantidades y solo en perros).

Ejercicio y gasto calórico reducido

Si tu perro hace menos ejercicio o tu gato se pasa el día estirado bajo la sombra, es posible que necesite algo menos de energía.

Consulta con tu veterinario si es conveniente reducir la ración diaria para evitar un aumento de peso no deseado.

 

Ideas de snacks refrescantes y saludables

Ofrecer snacks fríos ocasionalmente puede ser una excelente forma de aliviar el calor:

  • Helados caseros para perros o gatos: puedes congelar yogur natural sin azúcar con trocitos de fruta apta (como manzana o plátano).

  • Cubitos de caldo congelado: sabrosos y fáciles de lamer.

  • Snacks naturales deshidratados: más ligeros y fáciles de digerir.

 

¿Y si mi mascota tiene necesidades especiales?

Si tu compañero peludo es un cachorro, un animal mayor o sufre alguna enfermedad (como problemas renales o sobrepeso), es especialmente importante adaptar la dieta bajo supervisión veterinaria.

En estos casos, cualquier modificación debe ser gradual y guiada por un profesional.

Conclusión

No es imprescindible cambiar por completo la dieta de tu mascota en verano, pero sí puedes hacer pequeños ajustes para adaptarte mejor a sus necesidades estacionales:

  • Ofrecer alimentos más frescos y apetecibles.

  • Favorecer la hidratación con snacks húmedos o caldos naturales.

  • Ajustar las raciones si hay menos actividad física.

  • Consultar al veterinario si hay pérdida de apetito prolongada o condiciones de salud específicas.

El objetivo siempre es el mismo: asegurar el bienestar y la felicidad de nuestras mascotas durante todo el año.