La decisión de tener una mascota en familia es un acto de responsabilidad, ante todo, pero la gran mayoría de las personas que conviven con mascotas aseguran que es una de las elecciones más positivas que han tomado en su vida.

Y no es para menos: el hecho de incorporar una mascota en la vida familiar tiene un sinfín de ventajas que pueden resumirse en una mejora de la salud emocional y física de todos sus miembros, además de enriquecernos como sociedad.

Los animales son unos maravillosos compañeros para los peques. Sin embargo, enseñar a los niños a cuidar de su mascota es fundamental. Una forma de hacer que su convivencia sea buena, y que esto redunde en positivo en nuestro hogar. 

Educar desde la infancia en el respeto de los animales es clave. Solo así estaremos creando una generación de adultos en la que el maltrato animal y el abandono no existan. Una forma de invertir, desde la infancia, en el respeto animal como parte de nuestra sociedad.

Sin embargo por la naturaleza de los niños, es fundamental enfocar esta educación o formación como un juego. Uno no exento de responsabilidad con el que aprenderán, de manera divertida, a cuidar de ellos.

Alimentarla, una de las tareas claves para enseñar a los niños a cuidar de su mascota

Aunque dar de comer a nuestro animal es un básico en la mente de un adulto, no funciona igual en el caso de los niños. De hecho, es una tarea que se les suele olvidar.

Por eso, es importante buscar una dinámica para que recuerden que deben cumplir con esta labor. Un truco puede ser sincronizar los horarios de los peques con los de alimentar a nuestra mascota. De esta forma, identificarán sus momentos de alimentarse con los de nuestro animal.

Es recomendable que esta tarea la realicen con supervisión si queremos que la cantidad de comida sea la adecuada. Aunque siempre podemos utilizar algún recipiente con una marca que les sirva de guía, no está de más que revisemos que la cantidad de alimento sea la adecuada.

Convertir el ejercicio con la mascota en un juego familiar

Ya sea el paseo diario o una jornada de deporte. Hacer de esas actividades una familiar nos permitirán enseñar a los niños a cuidar de una mascota y algo más. Nos referimos a inculcarles desde pequeños la necesidad de hacer ejercicio.

Si les proponemos echar carreras, ver quién es más rápido recogiendo una pelota o, incluso, una especie de partido de fútbol con nuestro perro disfrutarán muchísimo de la actividad. ¡Y de forma activa!

Poner límites para evitar los accidentes

Enseñar a los niños a cuidar de una mascota pasa también por decirles qué no deben hacer. Una forma de que entiendan que un animal es un ser vivo que tiene sus peculiaridades, y al que pueden hacer daño. Por eso, es importante marcarle límites a los niños para que entiendan qué pueden y no pueden hacer.

No tratar de quitarles comida o premios cuando están comiendo, tener cuidado con sus ojos o no tirarles del pelo facilitarán increíblemente la convivencia.

Involucrarlos en el aseo

¡Peinar a nuestro animal puede ser divertido! Para ello, bastará con que les dejemos hacer después de tener una serie de pautas. Qué zonas no debemos cepillar o cuáles son las más sensibles para nuestro animal es algo que tendremos que enseñarles primero mostrándoles el cómo y, después, supervisando cuando sean ellos quienes lo hagan.

No es plato de buen gusto para nadie, pero es una tarea necesaria. Está claro que no es una tarea apta para un niño de corta edad, pero sí para niños más mayores. 

Limpiar las bandejas higiénicas de gatos, conejos y ratones o recoger los excrementos de nuestro perro en el paseo son, quizás, las tareas más difíciles de enseñar. Sin embargo, si ellos entienden la importancia de esta labor se involucrarán más.