Todos los animales en alguna u otra ocasión enferman y los conejos no son una excepción.
La mayoría de las enfermedades en conejos, sobre todo las de piel, se detectan fácilmente a través de su comportamiento o el estado de su pelaje y ojos.
Síntomas de las enfermedades comunes en conejos
Resulta muy fácil detectar si hay algún cambio porque deja de tener apetito o empieza a adelgazar.
También puede tener pérdidas de pelo o calvas que para nada tienen relación con la muda. Les afecta en los ojos y se les ponen rojos o llorosos.
Si detectamos un comportamiento o aspecto en el animal fuera de lo común, lo más recomendable es acudir a una clínica veterinaria, donde se realizará un diagnostico completo con el tratamiento más adecuado para la mascota.
Las enfermedades más comunes
Existe una larga lista de enfermedades que pueden afectar a estos pequeños. Si bien, a continuación vamos a nombrar las más sonadas y las que es muy probable que pase nuestra mascota en algún momento de su vida:
Sarna: Se produce por parásitos externos que provocan picazón, irritación y heridas en la piel. Su tratamiento no tiene complicación, pero debe ser rápido para evitar que evolucione.
Diarrea: El aparato digestivo de los conejos es muy sensible. Tanto que está expuesto constantemente a la irrupción de los coliformes y otros parásitos internos. El animal pierde energía y se deshidrata muy pronto, por lo que puede causar una gravedad considerable.
Mixomatosis: Los síntomas son inflamación de párpados, orejas y mamas y se trata de una patología que puede ser letal. Se contagia por la transmisión del virus cuando algunos insectos como los mosquitos, pican al conejo.
Tularemia: En este caso el animal deja de comer y hay que realizar prueba de laboratorio. Es una de las enfermedades de origen bacteriano más peligrosas para los conejos.
Malformación en mandíbulas o dientes: Se trata de una enfermedad hereditaria que se localiza a tiempo por el crecimiento exagerado de los dientes y en consecuencia, el desplazamiento de mandíbula. En este caso es necesario un control periódico.
Tiña del conejo: Es una enfermedad muy contagiosa. Se percibe por la aparición de un hongo que afecta a la piel del conejo. Así, se ven zonas sin pelo de forma redonda y con costras en especial en la cara.
Golpes de calor: A pesar de tener un organismo muy saludable, si exponemos a nuestro conejo a temperaturas elevadas puede perder su vida. Esto se debe a que el organismo sufre falta de hidratación y margen para regular su calor temporal.
La importancia de la prevención
Siempre es mejor prevenir. Para ello tenemos que tener en cuenta y seguir a pies juntillas el calendario de vacunación que nos indique el veterinario.
Es esencial también mantener una buena higiene y una alimentación sana y equilibrada. Nuestro pequeño necesita cuidados y mimos. Necesita nuestras revisiones para llegado el caso en el que el más mínimo detalle nos extrañe, actuar.
Y, por supuesto, proporcionarle ejercicio y un buen descanso procurando que esté siempre libre de estrés.