El Beagle (Beagle Inglés o Sabueso Inglés) es una raza de perro originaria de Inglaterra de tamaño pequeño a mediano y con unas magníficas dotes naturales para la caza menor. La Federación Cinológica Internacional (FCI) lo tiene clasificado en el grupo 6, sección 1.3 (Perros tipo sabueso de talla pequeña).
Su carácter y tamaño ha hecho de este perro una de las mascotas preferidas en todo el mundo. En los años 2001, 2002 y 2003 el número de cachorros de Beagle registrados tuvo un gran incremento y llego a ser una de las cinco razas más populares.
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Historia / Origen
Saber el origen del Beagle es imposible al igual que ocurre con otras muchas razas de perros. Hay escritos del siglo II d.C. que hablan de perros pequeños con características que nos hacen recordar al Beagle que eran utilizados por el hombre para la caza en el año 1300 a. C.. El autor griego Jenofonte (historiador, militar y filósofo, conocido por sus escritos sobre la cultura e historia) hace referencia en sus textos del año 450 a.C. de unos perros pequeños para la caza a pie de liebres y conejos. Aunque el nombre de estos perros lo desconocemos si hace pensar que pudieran ser los ancestros de la raza canina que hoy en día conocemos como Beagle.
La historia del Beagle, lo mismo que ocurre con otras razas como el Rottweiler o Mastín Napolitano está unida al Imperio Romano. Los romanos en su conquista de Inglaterra introdujeron un perro cazador de conejos que fue cruzado con sabuesos ingleses formando una raza llamada talbot. Esta raza que se extinguió hace muchos años es considerada como la antepasada del Beagle moderno, del foxhound, del perro de San Huberto (bloodhound) o del también extinguido Southern Hound.
El Beagle se difundió rápidamente por la alta sociedad de la época medieval llegando a ser mascota de reyes. Los reyes Eduardo II, Enrique VII y la reina Isabel I de Inglaterra tenían unos perros conocidos como «beagles de bolsillo» (pocket beagles). Estos pequeños perros eran llevados en las alforjas mientras se montaba a caballo durante las cacerías. Los perros más grandes levantaban y perseguían y luego el cazador soltaba a los perros pequeños que continuaban la batida entre la maleza.
Hacia el año 1400 el Beagle ya se habían extendido por Gran Bretaña, Francia, Grecia e Italia. Y a principios del 1870 los Beagles cruzan el Atlántico llegando a los Estados Unidos (EE.UU.), siendo aceptada la raza por el American Kennel Club (AKC) en el 1884. En el año 1890 se formó el Club del Beagle (Beagle Club) que confeccionó el primer estándar. En el año siguiente se creó la Asociación de Propietarios de Beagles Harriers y Beagles (Association of Masters of Harriers and Beagles). Esta organización tenía como objetivo promover y defender la raza.
Hasta este momento el Beagle ha sido criado y adiestrado como perro de caza. Ha habido que esperar mucho tiempo para darnos cuenta de las cualidades que tiene este inteligente y pequeño perro como animal de compañía y a partir de ese momento su popularidad ha crecido sin parar por el mundo. Hoy día el Beagle es una de las razas más completas: compañero, entusiasta cazador y seguidor de rastros, y en exposiciones de belleza miembro del Grupo de Sabuesos.
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Características
El Beagle tiene un aspecto muy similar al de un foxhound de pequeño tamaño, musculoso, robusto, compacto y algo tosco. Tienen una altura de 33 a 40 centímetros hasta la cruz y pesan entre 8 y 15 kilogramos; por lo general, las hembras son ligeramente más pequeñas que los machos.
La cabeza es amplia, poderosa, sin arrugas y algo abombadas; en las hembras es más fina. Sus orejas son grandes, redondeadas en la punta y largas, si las estiramos le llegan casi a la punta de la nariz; su inserción es baja y le cuelgan pegadas a las mejillas de forma elegante y graciosa; su textura es fina, de pelaje suave, corto y denso. Los ojos son grandes y bien separados entre sí, ni hundidos en sus órbitas ni saltones; su color es marrón oscuro o avellana; de expresión amigable, dulce y simpática. El hocico es de tamaño medio y cortado en ángulo recto (no es puntiagudo). La trufa (nariz) ancha y con fosas nasales amplias para facilitar su labor de rastro; por lo general es negra, aunque en ejemplares de tonos claros es habitual que tenga pigmentación.
La cola es moderadamente larga, fuerte y gruesa. Su inserción es alta. El Beagle la lleva levantada, con movimiento alegre, pero nunca enroscada sobre la espalda y la sostiene erguida cuando esta activo. Está bien cubierta de pelo, sobre todo en su parte inferior. La punta es de color blanca.
El Beagle tiene una zancada libre, de paso largo y recto; su impulso es fuerte gracias a los miembros posteriores. Al andar mantiene la espalda firme y nivelada, sin balancear el cuerpo.
El pelo del Beagle es corto, denso, duro y resistente a la intemperie. La capa puede ser de cualquier color admitido para los sabuesos (hound), excepto el color hígado.
Los Beagles de la variedad tricolores nacen casi siempre blancos y negros. Las manchas negras se irán transformando en marrones a medida que el cachorro madura, pudiendo tardar entre uno y dos años su total desarrollo.
Los bicolores tienen como base el color blanco. El marrón claro y blanco es el color más común en esta variedad, pero la gama de colores es amplia: marrón muy claro, rojo, rojizo, naranja, marrón oscuro y negro.
Olfato
El olfato del Beagle es uno de los más desarrollados de todas las razas caninas junto al del bloodhound (perro de San Huberto). Son mejores siguiendo el rastro por tierra que olfateando el aire, por este motivo forman parte de la mayoría de equipo de rescate de montaña y de catástrofes, en unidades de búsqueda de drogas y explosivos…
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Carácter / Comportamiento
El Beagle es un perro vivo, alegre, curioso, afectuoso, inteligente y muy sociable. No es un perro agresivo pero tampoco es tímido, siendo además valiente e independiente. Es muy activo y excitable, sobre todo de cachorro, llegando a ser muy travieso (un estudio del año 1985 muestra al Beagle con el perro más excitable que hay, junto al cairn terrier, fox terrier, schnauzer miniatura, west highland white terrier y el Yorkshire terrier).
El temperamento del Beagle hace que sea el perro ideal para todos los hogares, en especial para las familias con niños. Acepta rápidamente a los extraños, aunque al principio se muestran algo fríos con ellos. Esta circunstancia hace que el Beagle no sea un buen perro guardián pero su tendencia a ladrar y aullar cuando se acerca cualquier persona si los hace buenos perros de vigilancia.
Al ser un perro de caza en jaurías, esta acostumbrado a estar siempre acompañado. La falta de atención por sus amos le puede llevar a deprimirse y a tener problemas de conducta. Un Beagle aburrido buscará algún entretenimiento, pudiendo llegar a ser muy destructivo con los enseres del hogar. Es un perro que se lleva muy bien con otros perros y gatos.
Es un animal que se distrae con facilidad, por lo que llega a ser muy lento su adiestramiento. No debemos dejarle rastrear a no ser que la labor del Beagle sea la caza o se centrará tanto que no hará caso ni a su dueño. Cuando un Beagle escucha la llamada de su amo él responde «te he oído, en un minuto voy, o dos, o tres…». No debemos nunca esperar que esta raza por muy bien adiestrada que este tenga la obediencia del border collie, caniche, pastor alemán, golden retriever (cobrador dorado), dóberman, que son los perros más fáciles de adiestras y más obedientes.
Su lado negativo es la tozudez. El Beagle necesita un amo amable, aunque firme, insistente y tolerante, una persona que no pierda los nervios cuando el perro desobedezca y haga lo que le de la gana.
El profesor de psicología y amante de los perros Stanley Coren coloca al Beagle en el puesto número 72 de su ensayo sobre inteligencia canina.
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Salud
La esperanza de vida de los Beagles está en torno a los doce años. Es un perro muy sano, pero al igual que otras razas de su misma talla suelen ser propensos a padecer algunas enfermedades. A continuación les muestro una lista de las más comunes:
- Artritis
- Atrofia progresiva de la retina
- Displasia de cadera
- Distrofia de cornea
- Epilepsia
- Glaucoma
- Hipotiroidismo
- Infecciones de oído
- Ojo cereza
Los Beagles suelen tener problemas de espalda. Pueden estar producidos por muchos motivos: genéticos, ambientales… Debemos observar si nuestro perro evita subir o bajar escaleras. Si nuestra mascota muestra este síntoma deberemos llevarlo inmediatamente a nuestro veterinario.
En los perros que trabajan o corren en libertad por el campo son habituales heridas menores, como esguinces y cortes que debemos limpiar y curar. También es normal que a estos Beagles se les introduzca en los ojos briznas de hierbas que les produce irritaciones.
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Cuidados
El Beagle es un perro sencillo de cuidar. Esta raza de perro pierde pelo de forma regular, pero su manto corto y liso solo necesita un cepillado y un baño de vez en cuando para mantenerlo bien cuidado.
Debemos tener una espacial atención con sus orejas. Son propensas a las infecciones y tenemos que tenérselas limpias y bien secas.
Aunque los Beagles se adaptan bien a vivir en el interior de una vivienda por su temperamento calmado, son perros que necesitan ejercicio para mantener un buen estado físico y mental. Es importante proporcionarle paseos y juegos diarios dada su inagotable energía. Los juegos de búsqueda le proporcionan momentos de alegría. Su gran sentido del olfato puede llevarle a desaparecer siguiendo algún rastro, ignorando incluso las llamadas de su dueño.
El Beagle es un perro con tendencia a engordar por culpa de ese gran apetito que lo caracteriza. Debemos tener un especial cuidado con su alimentación para evitar todos esos problemas físicos que conlleva el sobrepeso.
Una buena dieta le aportará todos los nutrientes de calcio, proteínas, minerales y vitaminas que necesita nuestro perro para estar activo y saludable, además de la fibra necesaria para un buen transito intestinal.
Su alimentación debe estar compuesta por: carne de ave, carne de roja (ternera, buey o cerdo), arroz, maíz, trigo, aceite vegetal y verduras. Una buena alternativa a la elaboración es la compra de pienso seco compuesto en forma de croquetas que además de ahorrar tiempo en la cocina ayudará a estimular la masticación del animal para prevenir empachos, mejorar la digestión y reducir el sarro en los dientes.
La cantidad diaria debe ajustarse a la edad, peso y actividad del Beagle. No necesita la misma ración un cachorro que un adulto, un perro familiar que uno dedicado a la caza.
Es mejor dividir la comida diaria en dos o tres raciones al día para evitar en lo posible problemas digestivos. Siempre tenemos que tenerle agua limpia y fresca a su disposición.
Debemos controlar si nuestro perro tiene falta de apetito, vomita o padece diarreas u obstrucciones intestinales, ya que estos síntomas son habituales en la «enteritis del cubo de la basura». Este es el término que se utiliza para llamar a los festines que se dan algunos perros comiendo cosas que encuentran en cubos de basura, cestos de la ropa…. Un perro adulto o cachorro puede tragarse cualquier cosa y llegar a tener molestias gastrointestinales o una obstrucción completa del intestino.
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