Los peces son animales muy populares como mascotas, ya que aportan belleza y tranquilidad al hogar. Sin embargo, también requieren de cuidados específicos para mantenerlos sanos y felices.

Algunas de las enfermedades más comunes que pueden afectar a los peces son las siguientes:

Ich o punto blanco: se trata de una infección parasitaria que provoca la aparición de pequeños puntos blancos en el cuerpo y las aletas de los peces. Los síntomas son falta de apetito, letargo, respiración acelerada y roce contra objetos.

La causa suele ser el estrés, los cambios bruscos de temperatura o la mala calidad del agua. El remedio consiste en aumentar la temperatura del agua, añadir sal marina y aplicar un tratamiento específico para el ich.

Podredumbre de aletas: se trata de una infección bacteriana que provoca la descomposición y el deterioro de las aletas de los peces. Los síntomas son bordes deshilachados, enrojecidos o negros en las aletas, pérdida de tejido y sangrado.

La causa suele ser el exceso de materia orgánica en el agua, la falta de oxígeno o las heridas provocadas por otros peces. El remedio consiste en mejorar la calidad del agua, eliminar los restos de comida y plantas muertas y aplicar un antibiótico específico para la podredumbre de aletas.

Hongo: se trata de una infección fúngica que provoca la aparición de algodones blancos o grises en el cuerpo o las aletas de los peces. Los síntomas son falta de apetito, letargo, respiración acelerada y roce contra objetos.

La causa suele ser el estrés, los cambios bruscos de temperatura o la mala calidad del agua. El remedio consiste en aumentar la temperatura del agua, añadir sal marina y aplicar un antifúngico específico para el hongo.

Ojo saliente o exoftalmia: se trata de una inflamación del ojo que provoca que sobresalga del cráneo del pez. Los síntomas son ojos abultados, opacos o con manchas, dificultad para ver y nadar.

La causa puede ser una infección bacteriana, viral o parasitaria, un traumatismo o una deficiencia nutricional. El remedio depende de la causa, pero generalmente se recomienda mejorar la calidad del agua, alimentar al pez con una dieta variada y rica en vitaminas y aplicar un tratamiento específico para la infección.

Vejiga natatoria: se trata de un órgano que permite al pez regular su flotabilidad y equilibrio en el agua. Cuando se altera su funcionamiento, el pez puede tener dificultades para nadar, mantenerse derecho o sumergirse.

Los síntomas son nado errático, inclinado o invertido, vientre hinchado o hundido y falta de apetito. La causa puede ser una infección bacteriana, un bloqueo intestinal o una deformidad congénita.

El remedio depende de la causa, pero generalmente se recomienda ayunar al pez durante unos días, darle alimentos blandos y ricos en fibra y aplicar un tratamiento específico para la infección.

 

Para prevenir estas y otras enfermedades de los peces, es fundamental mantener unas condiciones óptimas en el acuario, como una temperatura adecuada, un pH equilibrado, una filtración eficiente, una iluminación apropiada y una limpieza regular.

También es importante alimentar a los peces con una dieta variada y adaptada a sus necesidades, evitar el sobrepoblamiento y el estrés y observar periódicamente el comportamiento y el aspecto de los peces para detectar cualquier anomalía.

Los peces son seres vivos que merecen nuestro respeto y cuidado. Si seguimos estos consejos podremos disfrutar de su compañía durante mucho tiempo y evitarles sufrimientos innecesarios.