Los gatos son animales independientes y que, siguiendo una buena alimentación y hábitos de higiene, no tienen porqué desarrollar enfermedades de forma frecuente.

Sin embargo, al igual que otros animales, estos también pueden llegar a sufrir problemas de salud que debemos conocer a fin de darles solución de la forma más rápida y mejor posible.

En este artículo vamos a repasar los problemas de salud de los gatos más habituales y, sobretodo, como tratarlos.

Pulgas

Los problemas con las pulgas no es cosa solo de los perros. Los gatos también las padecen. Son frecuentes en gatos que salen al exterior sin estar protegidos aunque, por suerte, es un problema de salud fácil de evitar con la protección adecuada.

Los felinos con pulgas pueden, no obstante, sufrir una reacción alérgica que se manifiesta en su cuello.

¿Qué hacer para evitar las pulgas en los gatos? La primera medida es eliminar las pulgas con insecticidas para felinos.

Para ello es conveniente consultar con el veterinario, porque son tóxicos y pueden resultar peligrosos para el gato si no se aplica la dosis y método apropiado.

Y, después, hay que administrar antibiótico para frenar la infección bacteriana de la piel del cuello provocada por estos parásitos.

Pero, de nuevo, la prevención es la mejor medida: hablar con el veterinario para saber cómo proteger al minino del mejor modo.

Parásitos intestinales

Los gatos pueden sufrir la infección de parásitos intestinales. Y estos parásitos son peligrosos, ya que pueden provocarles vómitos, diarreas y un debilitamiento general de su salud.

Por ello, los gatos adultos, aunque sean caseros, necesitan desparasitaciones internas periódicas para prevenirlos.

Una vez infectados, parte de los parásitos se eliminarán a través de las heces. Por ello, cuando se advierte su presencia en el arenero, se debe acudir al veterinario con urgencia.

Vómitos

Los vómitos son frecuentes en los felinos. Incluso el animal más sano puede vomitar sin que implique un problema de salud.

Pero, ¿cuándo dejan los vómitos del gato de ser una molestia ocasional para convertirse en un problema de salud?

Los veterinarios recuerdan que un felino que vomita con frecuencia debe ser vigilado. Conocer la causa que lleva a un gato a vomitar es importante, porque los vómitos también pueden ser la señal de una enfermedad de mayor gravedad.

Entre los motivos peligrosos que puede haber detrás del vómito del animal están los parásitos intestinales, el estreñimiento y el bloqueo del aparato digestivo por bolas de pelo u otro objeto de riesgo.

Los vómitos felinos también pueden ser provocados por problemas de salud como la diabetes, dolencias renales e hipertiroidismo.

Problemas de riñones

Los problemas de riñones son frecuentes en los felinos, además de muy peligrosos.

Los cálculos renales están formados por arenilla o diminutos restos solidificados que se acumulan en el riñón y que, al pasar por el conducto urinario del felino, lo obstruyen, impiden el paso de la orina y le provocan dolor.

El problema es grave y urgente, pues la vejiga puede reventar, si el animal no puede orinar debido a que su uréter está obstruido por la arenilla acumulada.

¿Cómo advertir un problema de riñones en los gatos a tiempo? Una señal es que acude a la bandeja de arena más veces de lo habitual y permanece más tiempo en ella, aunque no consiga orinar. El felino también se muestra inquieto, sin poder dormir o estar relajado, maúlla y se queja cuando acude al arenero. Y, en el peor de los casos, su orina sale manchada con sangre.

Gatos con diarrea

Las diarreas en estos animales son un problema de salud frecuente. Un motivo habitual de la descomposición es que haya ingerido alguna planta tóxica, aunque en este caso, la diarrea suele venir acompañada de vómitos.

En otras ocasiones, se desencadena por un cambio brusco en la dieta o por cualquier otro motivo similar que implique un desequilibrio en la flora bacteriana del estómago del animal.

Esta flora bacteriana es la encargada de metabolizar los alimentos que ingiere el gato; en consecuencia, los desequilibrios implican problemas para absorber los nutrientes, lo que determina que su estómago no pueda trabajar al ritmo que necesita.

Cuando la diarrea no se explica por la alimentación, es posible que se deba a una inflamación del aparato digestivo o a una infección.

También puede esconder un problema de salud más peligroso, como enfermedades en el riñón, hígado o una debilidad excesiva de su sistema inmune. Por ello, el primer paso es acudir pronto al veterinario.

Problemas en los ojos

Las dolencias de ojos en gatos no son extrañas. Entre ellas, la más frecuente es la conjuntivitis felina, una inflamación de la membrana mucosa que recubre la superficie interna del párpado y el exterior del globo ocular.

En este caso, ¿cómo debemos proceder?

El primer paso es acudir al veterinario para que examine al gato y le ponga el tratamiento adecuado, que es habitual que consista en unas gotas o pomada con antibiótico.

Antes de comenzar la limpieza de los ojos del felino, hay que lavarse muy bien las manos con agua y jabón. Este paso hay que repetirlo de nuevo una vez que se haya acabado. Se debe leer bien el prospecto y las instrucciones, así como respetar las dosis.

Para suministrar las gotas en los ojos del felino es importante sostener su cabeza con suavidad pero con firmeza y ligeramente inclinada hacia arriba.

Conviene sujetar el bote de medicamento con las gotas entre los dedos pulgar e índice. Hay que asegurarse de que el extremo del recipiente no entra en contacto con el ojo del gato al apretar y dejar caer la gota. Se debe abrir sus ojos de forma generosa con el pulgar y dedo índice de la mano libre y dejar caer la gota en la línea del ojo.

Una vez que la gota o pomada entra en contacto con el ojo del felino, llega el momento de cerrárselo y masajear el párpado con suavidad. Este masaje permitirá repartir el medicamento por todo su ojo.

Pero, ¿qué hacer cuando la mascota no se deja administrar este tratamiento y trata de zafarse con sus garras e incluso bufa? En estos casos, lo mejor es ponerse en contacto con el veterinario, exponerle el problema y pedirle ayuda.