Son muebles todoterreno y están preparados para aguantar estoicamente bajo el sol, el aire y la lluvia. Pero aún así algunos cuidados no les vendrán nada mal. Hoy te damos algunos consejos sobre cómo cuidar los muebles de jardín para que los conserves como el primer día.
Son las estrellas del verano. Los muebles que te acogen en la terraza, el jardín o el porche, y es lógico que quieras mantenerlos como nuevos, con el trote que han llevado durante la temporada estival.
Pues bien, para que estén perfectos y te duren mucho tiempo, tan solo tienes que procurar que estén limpios y darles algunos tratamientos preventivos. Y para hacerlo bien, es importante atender al material del que estén fabricados. Dependiendo si son de madera, de acero o de aluminio, tendrás que aplicarles un tratamiento u otro.
A continuación te explicamos todas las claves.
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La madera de teca
La madera de teca es uno de los materiales más habituales para fabricar muebles de exterior. Y no es raro, ya que es muy resistente y aguanta sin problemas las inclemencias del tiempo. Además, es bella y natural y tiene un precioso color dorado.
Sin embargo, esta madera se oxida con el paso del tiempo y el contacto con el aire, el sol y el agua, y acaba tomando una pátina de color gris, muy característica en este tipo de muebles. Para solucionarlo y hacer que recuperen su color marrón, solo tienes que aplicar a la madera un sellador de teca.
El aceite de teca es perfecto porque intensifica su tono natural. Aplícalo sobre los muebles una o dos veces al año y los tendrás siempre preciosos. Eso sí, asegúrate de que cuando apliques el aceite la madera esté totalmente seca.
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El acero inoxidable y aluminio
Muchos muebles de exterior de estilo contemporáneo están fabricados con acero inoxidable. También es un material resistente, aunque sí le afecta la corrosión. Por eso debes limpiarlos con agua y un jabón neutro de vez en cuando (con un par de veces al año será suficiente).
Y como tratamiento preventivo lo mejor es usar un protector específico para acero inoxidable, que lo protegerá y lo mantendrá limpio al mismo tiempo.
Otro metal muy usado en muebles de exterior es el aluminio, un material muy ligero que, además, es bastante resistente a la corrosión. Sin embargo, hay que tener cuidado con los estropajos a la hora de limpiarlo, ya que se raya fácilmente.
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La cerámica y el hierro
Si tienes en tu jardín una mesa con sobre de cerámica, apenas tendrás que hacerle nada para que te dure como nueva años y años. Puedes limpiarla con un detergente multiusos, aunque conviene que la aclares y la seques después. La cerámica es un material perfecto para exterior por su gran resistencia y durabilidad.
Los muebles de hierro o forja son muy sensibles al óxido, sobre todo cuando se mojan. Para protegerlos hay que aplicar una pintura antioxidante y renovar este tratamiento cada cierto tiempo (cada dos años será suficiente).
Pero si el óxido ya ha hecho de las suyas en tus muebles de hierro, tendrás que eliminarlo con una lija o un cepillo de alambre. Después lava con agua y jabón, y seca muy bien (esto es importante). Ahora ya puedes aplicar un tratamiento antióxido.
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Fibras vegetales, fibras sintéticas y textiles
Bambú, mimbre, ratán… Las fibras vegetales siempre se han empleado en muebles de exterior, a pesar de que pueden deteriorarse. Para limpiarlos conviene eliminar el polvo con un cepillo suave y pasarles un trapo mojado y escurrido en agua y jabón. Cuando se hayan secado del todo puedes aplicar un barniz de poro abierto para exterior como medida de protección.
Hoy muchos muebles de exterior están fabricados con fibras sintéticas de poliéster, en especial los asientos y los respaldos de las sillas o las tumbonas. Suelen ser diseños contemporáneos, para los que este tipo de materiales son muy adecuados.
Lo más perjudicial para las fibras sintéticas son las radiaciones UV, pero por regla general, estos tejidos ya vienen tratados para aumentar su resistencia a la intemperie. A la hora de limpiarlos, un jabón suave será más que suficiente.
Y en cuanto a los textiles de colchonetas y cojines de exterior, el mantenimiento es sencillo. Suelen ser telas que llevan tratamiento antimanchas y también alguna protección para el sol, que puede deslucir los colores.
En cualquier caso, si son desenfundables puedes lavarlos en la lavadora. En caso de que no lo sean, pásales la aspiradora y cepilla las manchas con agua jabonosa. Una mezcla de agua oxigenada y agua a partes iguales puede ayudarte a eliminar las manchas difíciles en las telas claras.
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