Para la mayoría de las especies, la primavera es el momento adecuado para realizar trasplantes. Pero en este sentido también hay que tomar ciertas precauciones.
La más importante: la planta debe haber dejado de manera definitiva el periodo de dormancia, es decir, la fase invernal durante la cual se suspenden el crecimiento y el desarrollo de la actividad física. Si se efectúa el trasplante cuando aún está en tal estado, el estrés causado puede afectarla y provocar graves consecuencias.
Después del trasplante, en general, debemos dejar pasar entre seis y ocho semanas antes de abonar las plantas, ya que durante ese período le resultarán suficientes los nutrientes del nuevo sustrato.
Tanto si el ejemplar se ha trasplantado como si no, en primavera conviene incorporar abonos naturales en la tierra, los cuales -al igual que el riego- también son más necesarios en esta temporada debido a la mayor actividad.
Como parte del proceso natural de reactivación, se debe comenzar con cantidades bajas: la mitad o la tercera parte de las cantidades indicadas en el recipiente del abono.
Con el paso de los días y el avance de la estación, se incrementan las cantidades hasta llegar a lo recomendado por el envase o por los especialistas.
Y recuerda que si tienes dudas o necesitas asesoramiento profesional, puedes contar en todo momento con el equipo de profesionales de Garden Catalunya Plants.
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