La Paulonia (Paulownia tomentosa en nomenclatura botánica), a parte de ser un árbol muy utilizado en jardinería para decorar parques urbanos y grandes avenidas, es un árbol cargado de leyendas.
Su nombre se le debe a la hija del Zar Pablo I de Rusia llamada Ana Pávlovna. Es por ello que también se conoce a la Pawlonia tomentosa por el nombre de Árbol de la Emperatriz. En determinados lugares del planeta también se la conoce por Árbol dedalero o Kiri, aunque estos últimos nombres no son tan usados.
Estamos ante un árbol originario del centro y oeste de China muy similar a la famosa Catalpa. Su diferencia principal radica en la espectacular floración de color azul con la cual la Paulonia nos sorprende cada primavera, y por el tamaño de sus hojas que pueden alcanzar los 40 cm. de longitud.
Su uso en jardinería urbana es muy frecuente ya que se trata de un árbol muy rústico y de crecimiento muy rápido. La Paulonia tolera ambientes altamente contaminados, así como suelos poco fértiles. Además es un árbol que sobrevive a los incendios forestales gracias a su gruesa corteza. Es por ello que una de las leyendas sobre este árbol dice que la Paulonia es el único vegetal sobre el cual se puede posar el Ave Fénix.
En China existe una vieja tradición por la cual cuando nace una niña sus padres han de plantar una Paulonia. A lo largo de la vida, crecen a la par, a la misma velocidad, unidas por un vínculo cósmico. Cuando la niña se casa, los padres cortan el árbol para fabricar con la madera muebles que serán el dote para la boda.
En la antigüedad también se utilizaban sus semillas para empaquetar porcelana china en los viajes de ultramar como sustituto del actual poliestireno.
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