A esta planta de hoja perenne también se la conoce por Tomate de árbol (Cyphomandra betacea en nomenclatura botánica) y es, como su nombre indica, productora de unos frutos de características muy similares a los tomates convencionales de temporada.

El árbol suele alcanzar hasta los 5 metros de altura y pertenece a la familia de las Solanáceas (como los propios tomates anuales y las patatas).

Es originario de los Andes, en cuya región aún se puede encontrar cultivado en pequeños jardines y huertos.

Su producción a nivel industrial se originó a finales del siglo pasado, siendo, actualmente, sus principales productores: Colombia, Brasil, Nueva Zelanda, Kenia, Sudáfrica, India, Sri Lanka y California.

El Tomate de árbol o Tamarillo se consume fresco, en zumo e incluso cocinado en guisos. También se usa en ensaladas y para elaborar postres.

Su cultivo es relativamente sencillo en climas como el nuestro. Hemos de evitar exponerlo a heladas y vientos fuertes. En verano hemos de mantener el sustrato húmedo evitando que se seque totalmente. Su temperatura óptima de cultivo es entre 13 y 24 grados siempre a pleno sol.

Además en climas de poca variación estacional los frutos se obtienen a lo largo de todo el año. En el resto de climas el tomate se recolecta en otoño.

.